Maximum
Maximun es una heladería que recupera la atmósfera y el sabor de los orígenes de la marca (1940) sumando innovación y tecnología para crear un espacio con un aire actual y cosmopolita.
El reto del proyecto ha consisitido en llegar a un equilibrio entre «tradición e innovación», una relación muy presente en la marca y que se pretendía dejar presente. Quería mostrarse el saber hacer adquirdo por los años y a la vez ser un establecimiento de estética actual. Para ello se entrelazan materiales clásicos con otros más actuales y mobiliario de la época con mobiliario reinterpretado para el proyecto.
Lo primero que llama la atención al entrar en el local son sus grandes arcos. Desde su entrada y hasta el fondo del local una sucesión de arcos delimitan los espacios: zona de heladería a pie de calle, zona de barra y salón interior. Estos arcos simbolizan los puentes sobre los canales de Venecia por los que pasaban las góndolas cargadas de lecheras, y que fueron el inicio del negocio.
Si se observa estos arcos como puentes, poco a poco se ddibuja el resto del proyecto; paredes de ladrillo o de cerámica blanca sujetan los grandes ventanales de madera decapada de las casas que se asoman al canal, donde transcurre la vida del establecimiento. Así pues, todo el local es una recreación de los canles venecianos que, a nivel conceptual, crea un espacio acogedor, con aires del pasado pero a la vez con cierta tendencia cosmopolita.
Llama la atención la gran barra de mármol diseñada siguiendo la estética de los antiguos mostradores de despacho de producto al detalle de lecherías y comercios. No obstante, siguiendo la máxima de «tradición e innovación» de la empresa, se ha optado por un diseño de líneas rectas para su sobre y se ha revestido frontalmente con actuales piezas cerámicas de formas geométricas.
El resultado es una barra que combina la estética del pasado con tendencias actuales, así como materiales cásicos y modernos para aportar equilibrio, frescura, carácter y modernidad al conjunto.